martes, 29 de enero de 2008

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El zorro tiene un territorio de caza de 20 a 50 Km2 pero en una granja peletera sólo dispondrá de una jaula de malla metálica de 0,6 m2. Estas condiciones tan contrarias a su naturaleza provocan tanto estrés en estos animales que muchos se niegan a comer, dan vueltas incesantes, e incluso, llegan a comerse el rabo hasta el hueso.

Muerte a la carta Existen tres técnicas para no dañar la piel:

  1. Se cuelga al zorro del cuello con un gancho. Se le introduce un electrodo en la boca y otro en el ano con una barra metálica que suele atravesar las paredes del intestino. Después se le electrocuta.
  2. Se cuelga al zorro boca abajo y se le golpea en la cabeza con un mazo.
  3. Se recurre a la larga agonía del monóxido de carbono.

Para aumentar las camadas, la industria peletera se sirve de manipulaciones hormonales. Con una descarga eléctrica se consigue semen del macho que será inyectado en las trompas de la hembra.Convertidos en máquinas reproductoras, los animales sufren un total desequilibrio y descalcificación. Además, animales como la chinchilla pierden sus dientes y después de múltiples camadas se les mata.

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